El mendigo misterioso

 


 

Un día estaba esperando al metro. Mientras comía una manzana, como de costumbre, me senté el lado de un mendigo. Mientras esperábamos, vimos a un hombre gordo pasar y el sin techo murmuró “cerdo”. No le di mucha importancia, aunque me pareció un maleducado. Antes de que llegase el vagón, otro hombre pasó. Era alto y llevaba traje. Cuando pasó, el mendigo murmuró “hombre”. No le di tampoco mucha importancia. Por fin, el tren pasó.

 

Al siguiente día, el mendigo estaba de nuevo en la estación de metro, y le observé desde la distancia. Mucha gente pasó por delante de él: una chica delgada, un hombre musculoso y una señora mayor. Él musitó “sopa”, “pollo” y “galletita”, respectivamente. No podía dejar de pensar en él.

 

Lo seguí observando durante varios días y me di cuenta de que llamaba a la gente “pan”, “zanahoria”, “conejo”, “leche” y otras cosas. Un día me puse delante de él y dijo “manzana”. En ese momento, me di cuenta de lo que ocurría. Entonces, el horror me embargó.

 

¿Cuál era la habilidad del mendigo y por qué me impactó tanto?

 

 


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