hallábase el tio Marcelo
aquella tarde, sentado,
tomando el escaso fresco
que se dejaba sentir,
cuando acertó a pasar Cleto
que era, además de alguacil,
enterrador, pregonero,
enterrador, pregonero,
matarife, sacristán
y el más zascandil del pueblo.
- ¿Qué hay, tio Marcelo? ¿Qué se hace?
¿Tomar una miaja el fresco?
- ¿Qué hay, tio Marcelo? ¿Qué se hace?
¿Tomar una miaja el fresco?
- Y tú que lo digas.
Aquí me estoy distraiendo
leyéndome el periodico.
Aquí me estoy distraiendo
leyéndome el periodico.
- ¿Y qu’es lo que ice? ¿Algo güeno?
- Lo de siempre. ¿Quiés un trago?
- Lo de siempre. ¿Quiés un trago?
Coge el porrón que está drento
d’ese pozalico de agua
pa que se conserve fresco,
y arréate un chaparrazo
a ver si te paice güeno.
- Vamos, pues, a sagudile
pa ver que tal sienta al cuerpo.
- ¿Sentale? Pues mucho bien.
Ya verás tú qué contento
se te pone el estomágo
de la tripa. Yo me bebo
un porroncico, y dimpues
me tiro un par de rigüeldos
y no miento si te digo
que paice un reló mi cuerpo
de lo rebien que anda.
- ¡Oiga! ¿Y este vínico tan güeno de ande es pues? …
- De Burbaguéna,
que me lo trajo el Lorenzo
del que se trasiegan cutio
en merendolas y almuerzos,
don Pepe y los demás
por las tardes en el güerto
pa adobar algún pollico
d’ese pozalico de agua
pa que se conserve fresco,
y arréate un chaparrazo
a ver si te paice güeno.
- Vamos, pues, a sagudile
pa ver que tal sienta al cuerpo.
- ¿Sentale? Pues mucho bien.
Ya verás tú qué contento
se te pone el estomágo
de la tripa. Yo me bebo
un porroncico, y dimpues
me tiro un par de rigüeldos
y no miento si te digo
que paice un reló mi cuerpo
de lo rebien que anda.
- ¡Oiga! ¿Y este vínico tan güeno de ande es pues? …
- De Burbaguéna,
que me lo trajo el Lorenzo
del que se trasiegan cutio
en merendolas y almuerzos,
don Pepe y los demás
por las tardes en el güerto
pa adobar algún pollico
y tamién algún conejo.
- Se ve, pues, que a los muy tunos
no los bate el aire cierzo.
- ¡Y tanto que no los bate! …
Pues mira. Estaba leyendo
yo aquí, por entre estas letras
del periodico … ¡Recuenco!
Ande demonios lo hi visto
que agora ya no lo encuentro …
Icía …- ¿Qué icía, pues?
- Pues icía … no me alcuerdo
qué cosas del alcol
y sus envenenamientos.
- ¡Ay releñe! Busque, busque
- Se ve, pues, que a los muy tunos
no los bate el aire cierzo.
- ¡Y tanto que no los bate! …
Pues mira. Estaba leyendo
yo aquí, por entre estas letras
del periodico … ¡Recuenco!
Ande demonios lo hi visto
que agora ya no lo encuentro …
Icía …- ¿Qué icía, pues?
- Pues icía … no me alcuerdo
qué cosas del alcol
y sus envenenamientos.
- ¡Ay releñe! Busque, busque
no sea que lleve d’eso
el vino que algunas veces
nus echamos al coleto.
Que la salú crebantada
no es miaja e buena pal cuerpo.
- Miálo aquí! … ¡Miá lo que íce!
“El alcohol es un veneno
que nos mata lentamente” …
- ¿Y ese vínico tan güeno
nus echamos al coleto.
Que la salú crebantada
no es miaja e buena pal cuerpo.
- Miálo aquí! … ¡Miá lo que íce!
“El alcohol es un veneno
que nos mata lentamente” …
- ¿Y ese vínico tan güeno
que himos bebido, tié alcol?
- Y güen recau d’el me pienso.
- ¿Sabe pues, lo que le digo?
Que si mata ese veneno
tan lentamente, ¡mejor!
¡Nenguna prisa tenemos!
- Y güen recau d’el me pienso.
- ¿Sabe pues, lo que le digo?
Que si mata ese veneno
tan lentamente, ¡mejor!
¡Nenguna prisa tenemos!
Autor: Adelino Gómez Latorre Caminreal
(1913 -1975)
Publicado en 1994 en el Diario de
Teruel.
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